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Trastornos psicosomáticos

¿Qué es?
Se define como trastorno psicosomático aquel que teniendo origen psicológico, presenta síntomas fisiológicos que pueden producir alteraciones a nivel corporal. Se refiere pues a los dolores físicos que tienen las personas que no son producidos por una enfermedad orgánica sino como consecuencia de problemas psicológicos que deriva en un dolor físico. Decir que el origen es “psicológico” no significa en ningún caso que no sea real. El dolor o las molestias existen y operan en el registro físico. Lo que se afirma desde las teorías psicológicas, es que el origen, que siempre es multifactorial, de esas molestias tiene que ver con la manera en la que el sujeto está “tramitando” una situación en lo real (por ejemplo el estrés o los conflictos laborales) o las emociones asociadas a una circunstancia (duelo por un ser querido o cambios familiares importantes). Si el sujeto se ve desbordado o no puede afrontar las cosas de una manera adecuada, lo no “filtrado” psicológicamente se concretará en lo físico que, desde su lenguaje, instalará un malestar suficientemente importante como para no ser pasado por alto. Se estima que un porcentaje muy alto de las consultas en atención primaria son de origen psicosomático (hasta un 25%) y que un 12% de la población europea sufre de estos trastornos.

Hay identificados unos 300 cuadros sintomáticos relacionados con los trastornos psicosomáticos. Una lista de los más representativos podría ser:
* Trastornos cutáneos: acné, dermatitis, pruritos, eczemas, hiperhidrosis, urticaria y alopecia areata.
* Trastornos respiratorios: asma bronquial e hiperventilación, rinitis alérgica
* Trastornos hemáticos y linfáticos
* Sistema inmunitario: cáncer, enfermedades infecciosas, alergias.
* Trastornos cardiovasculares: enfermedad coronaria, taquicardia, arritmia, hipertensión, infarto, angina de pecho.
* Trastornos gastrointestinales: gastritis crónica, úlcera péptica, colitis ulcerosa, vómitos, estreñimiento, hiperacidez, cardialgia y colon irritable
* Dolor crónico: cefalea, migraña, artritis reumatoide, dolor sacroiliaco.
* Trastornos endocrinos: hipertiroidismo, hipotiroidismo y diabetes, obesidad
* Trastornos de los órganos de los sentidos
* Trastornos osteomusculares: tortícolis y cefaleas tensionales
* Genitourinarios: dismenorreas, desórdenes menstruales.

Época de la vida
Cualquier época, aunque en niños y adolescentes puede ser mayor.

Síntomas
En primer lugar hay que señalar que en muchos momentos la presencia de síntomas de este tipo es normal y se deben a las interconexiones fisiológicas del sistema nervioso con el resto de los sistemas corporales. Si los síntomas se mantienen en  el tiempo y limitan la vida sociolaboral o familiar del paciente, o impiden su desarrollo personal, se habla de trastorno. En ese momento se deberá consultar con el médico, que deberá valorar inicialmente el problema y discernir si hay datos de enfermedad orgánica (física), si todos los síntomas pueden justificarse por factores psicológicos, o y si coexisten ambas cosas. Para ello en algunas ocasiones hay que recurrir a alguna prueba diagnóstica complementaria, habitualmente sencilla (radiografía de columna, análisis de sangre, TAC craneal…). Es muy importante en este momento hacer consciente al paciente de los factores que intervienen en su enfermedad, sin poner en duda la existencia e intensidad del padecimiento, para así evitar realizar otras pruebas diagnósticas molestas, que sólo causan ansiedad y confusión en el paciente.

Cómo se diagnostica
Al ser un trastorno donde los aspectos orgánicos y los psicológicos confluyen de una manera clara, el proceso diagnóstico debe de ser multidisciplinar. Tanto el médico de cabecera, como el especialista como el psicoterapeuta deben de trabajar juntos para dar con el diagnóstico adecuado y, por tanto, con un tratamiento eficaz.

Pronóstico
El pronóstico es variable teniendo en cuenta el amplio abanico de cuadros que acoge esta categoría pero se puede afirmar que una atención adecuada de todos los especialistas implicados en la dolencia junto con la atención psicológica serán necesarios para ayudar a un buen pronóstico.

Tratamiento
Dado que son los factores psicológicos los que originan y/o modifican estas enfermedades, la psicoterapia va a ser parte del enfoque terapéutico. Las técnicas de modificación de conducta y de relajación son muy eficaces en algunos casos. En los casos asociados a enfermedades orgánicas el paciente deberá acudir, además, al especialista correspondiente (cardiólogo, neumólogo, etc), siendo muy aconsejable, como decíamos en el apartado del diagnóstico, el enfoque multidisciplinar (médico, psicólogo, psiquiatra) para poner en común todos los aspectos que intervienen en el trastorno de la enfermedad.
Hay estudios que avalan la terapia de grupo para el tratamiento de estos trastornos. El objeto de una psicoterapia sería pasar a un lenguaje emocional todo aquello que está siendo expresado a través de lo físico, dotando al paciente de herramientas para identificar emociones y “mentalizar” qué cosas le están ocurriendo.