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El pasado es algo que nos acompaña a lo largo de nuestra vida. La forma en que pensamos sobre el mundo que nos rodea, cómo actuamos y quiénes somos está influenciada por el lugar del que venimos. Nos influye en cosas de las que somos conscientes y en aspectos que ahora ni siquiera imaginamos.

El problema es cuando nuestro pasado no nos deja continuar hacia delante. Muchas personas tienen gran facilidad para estar reviviéndolo continuamente. Incluso podemos actuar ante personas o situaciones desconocidas con emociones y sensaciones en las que nos desconocemos y de las que no tenemos información. Por ejemplo, ¿cuál es la razón por la que una mujer inteligente y hermosa continuamente elija hombres que no la convienen, y que cuando estos intentan poner fin a la relación acabe sometiéndose y perdiendo el control para que no la deje?, ó ¿cómo un hombre exitoso en sus negocios puede llegar a tener invalidantes ataques de ansiedad cuando tiene que hablar en público o hacer una presentación?, ¿qué le ocurre a una persona que de forma involuntaria hace frenéticos esfuerzos por no ser abandonada?

 

Cuando sentimos  mucho dolor después de una experiencia negativa, cuando continuamente reaccionamos sufrimos descontroladamente ante similares experiencias es porque  el “cableado” de nuestros cerebros está influyendo en nuestra  mente. Equivalente a la respuesta refleja que ocurre al golpear la rodilla, el cerebro está programado para responder de la misma manera que lo hace el cuerpo, la mente también puede reaccionar automáticamente.

 

Todos pasamos por estar tristes, alegres, celosos, resentidos, etc. Y de la misma manera que un día nos comemos a besos a una persona, al día siguiente podemos gritarles llenos de frustración. Algunas de las cosas que hemos aprendido son ciertas, pero otras no las son. Siendo niños, a menudo, no somos capaces de notar la diferencia, distorsionado la manera en que vemos en realidad; creer que somos inferiores porque nos han maltratado, pensar que somos responsables del divorcio de nuestros padres, etc.

Cada experiencia de nuestra vida gobierna reacciones hacia otras cosas y personas. Se trata del aprendizaje de las experiencias que se almacena físicamente en nuestras redes neuronales, conformando nuestro mundo inconsciente, y determinando cómo interpretamos el mundo que nos rodea sin que nuestra mente consciente tenga conciencia de su impacto actual.

 

En Tadi, ofrecemos la posibilidad de trabajar tales “heridas psíquicas” a través de la técnica EMDR, (Eye Movement Desensitization and Reprocessing, o desensibilización y reprocesamiento mediante movimientos oculares). Se trata de una técnica psicoterapéutica descubierta por la Dra. Francine Shapiro (1987), basada en los movimientos oculares y la estimulación bilateral para tratar problemas emocionales derivados de experiencias traumáticas (memoria emocional traumática).

Entendemos como trauma todas aquellas veces que la persona ha sentido su integridad en peligro o la de terceros, que va desde una catástrofe, a un abuso físico o psíquico, un cambio vital que la persona viva como amenazante, etc. Esa herida psíquica, no se cierra espontáneamente, si no que surgen complicaciones en el proceso de cicatrización, quedando atrapadas en nuestro cerebro según el sistema de percepciones que se tuvieron en el momento: lo que se vio, las emociones, los pensamientos, los olores, las sensaciones físicas, etc. Así, la persona vuelve a revivirlo a pesar de que haya pasado mucho tiempo.

El tratamiento con EMDR ayuda a las persona en su percepción de dominio sobre cómo le han influido dichos acontecimientos, ayudando a recolocar el acontecimiento en el pasado, y llevándolo hacia la asimilación e integración de la experiencia de una forma adaptativa.

Este abordaje trata las experiencias pasadas que disparan malestar en el presente, dando como resultado el alivio de los síntomas presentados, disminuyendo o eliminando el sufrimiento presente, producido por la memoria emocional de situaciones perturbadoras. Se trabaja a nivel cognitivo, emocional y sensorial.

La terapia EMDR tiene una amplia base de estudios e investigación científica controlada, que sostienen este modelo como un tratamiento validado empíricamente  para tratar a un amplio espectro de población, como; Trastorno por Estrés Postraumático, Ansiedad, Trauma complejo, Duelo complejo, Ataques de pánico, Trastornos Disociativos, Problemas somáticos, Fobias, Autoestima, Problemas Sexuales, Víctimas de catástrofes y abusos, etc.

Si te sientes identificado con experiencias descritas, desde Centro Tadi, queremos ofrecerte la facilidad de trabajar tales experiencias para que tu pasado deje de tener el peso que tiene en tu presente.