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«El problema» de la infancia en las navidades de pandemia

Se me ha pedido redactar un post sobre posibles problemas que, en estas Navidades, pudieran aparecer en los niños a causa del actual estado de pandemia. Y yo, me planteo si, irremediablemente,  en estas Navidades surgirá un «problema» en l@s niñ@s.

Como psicóloga especializada en la infancia y adolescencia, diría que no. En mi opinión, «el problema», hasta la fecha, no lo están presentando l@s niñ@s. Comparando el motivo de demanda en mi consulta con la de compañer@s que se dedican a adultos, puedo decir que definitivamente l@s niñ@s están demostrando tener más recursos para afrontar con normalidad esta situación pandémica que los propios adultos. Además, añadiría que lo hacen desde una postura muy alejada de la amenaza e inseguridad con que la afrontamos muchos adultos. Así, nuestros hij@s siguen deseando explorar su universo sin miedo, o por lo menos, sin mayor miedo que el que tenían antes del Covid-19. Un dato a resaltar es que las demandas de intervención psicológica en mi consulta a lo largo de este periodo no están relacionadas con temores, aunque sí que estuvieron relacionadas, entre marzo y mayo, con problemáticas derivadas de la medida del confinamiento (aumento de conflictos familiares, aumento del uso de pantallas y las reacciones al retirarlas tras el confinamiento, etc).

Se dice que en la sociedad occidental tenemos el hábito de que cuando no tenemos problemas, nos los creamos. Ciertamente, nunca podremos tener todo bajo nuestro control y no aceptamos este hecho.

Por ello, este post no va a tratar de cómo resolver «el problema» sino de cómo prevenir que surja “el problema” en el futuro, haya o no pandemia.

Las generaciones actuales están sujetas a una presión que yo no recuerdo haber sufrido en mi infancia. Entre otras, los niñ@s actuales sufren mayor presión por la belleza física y mayor exigencia por el éxito académico que antaño; esta última, en algunas familias y en algunos profesores/as la tacharía, incluso, de obsesiva. Así es, en la infancia, adolescencia y juventud la demanda psicológica por miedos, fobias, perfeccionismo, sufrimiento a causa de los estudios, estrés académico y trastornos de ansiedad, está aumentando en los últimos años de forma notable como resultado de una sociedad que nutre a sus habitantes de  “pánico” por fallar, por no alcanzar, por no tener, por envejecer, por enfermar…

¡Y qué difícil resulta acallar estos miedos en tiempos de pandemia!

Por ello, animo a todos los padres y madres a que estas Navidades naden a contracorriente de “lo correcto” y de “la norma imperante”. Deseo que disfrutéis de las Navidades y os invito a cumplir con las medidas sanitarias encontrando el equilibrio necesario entre la salud física de l@s vuestr@s y  la salud mental de l@s mism@s.

Cierto, estas Navidades serán diferentes para much@s de vosotr@s y también para vuestros niñ@s:

– Os animo a que les expliquéis que este año el Olentzero y los Reyes Magos no celebrarán sus cabalgatas porque también ellos cumplen con las medidas sanitarias. Como alternativa posible, sugeridles que les escriban una carta y les hagan un dibujo recordándoles que les echarán de menos y que esperan verles pronto. Pero recordadles también que el Olentzero o los Reyes Magos por nada del mundo olvidarán pasar por su casa hacia las doce de la noche ya que por motivos laborales ellos pueden hacer la excepción de no cumplir con el toque de queda esa noche.

– Para las familias que os encontréis en una situación económica en la que este año no podéis satisfacer los deseos materiales de vuestr@s hij@s, decidles que este año “el reparto” va a resultar diferente y más escaso puesto  que, por el coronavirus, la producción de juguetes en las fábricas ha sido muy baja. Por lo tanto, el  Olentzero y los Reyes Magos no han podido hacerse con la cantidad de  regalos que hubieran deseado. Así que con lo que han podido conseguir tendrán que repartirlos entre todos los niños y, por tanto, en algunas casas no llegarán tantas cosas como deseaban sus habitantes.

-Es probable que muchas familias no os podáis reunir al completo, por lo que os animo a que hagáis video llamadas entre vosotros. Y no video llamadas con la familia sentada a un lado y al otro de la pantalla, haciendo preguntas «de ascensor» que aburren a los niños a los 10 segundos. Me refiero a hacer video llamadas que despierten la creatividad de niños y mayores, juegos  que os CONECTEN. “Abrazaros” con la mirada y desde la emoción del momento.

– No quiero olvidarme de que habrá familias en las que algún miembro faltará a la mesa esos días, alguien a quien se echará de menos con mucha intensidad. Con covid o sin covid, todos los años hay familias con alguien ausente por primera vez o por las veces que sean. Por vuestr@s hij@s, situad a esa persona en algún lugar (en el cielo, en una estrella, en un árbol que habéis plantado…) y animad a los niñ@s a que les feliciten la Navidad y a que les envíen abrazos que l@s que han marchado recibirán encantados.

En definitiva, aita y ama, mamá y papá: estás Navidades, nutrid a vuestr@s hij@s con un turrón a base de alegría, curiosidad, cariño y, por favor, que al despertar el 25 de diciembre y el 6 de enero encuentren un regalo que contenga vuestros propios antídotos contra los miedos.

Feliz Navidad. Zorionak

Albia Lobato Rico

Psicóloga especializada en infancia y adolescencia