La dependencia a una sustancia, su consumo recurrente, o el abuso de esta, puede resultar un problema significativamente dañino para la vida de un individuo y la de los que le rodean. Los hábitos, aunque perjudiciales, son difíciles de modificar por lo profundamente arraigados que están en los individuos.
El consumo de sustancias es un problema de salud de primer orden en todo el mundo por sus implicaciones devastadoras a varios niveles, el social, el personal y el económico.
Un adecuado abordaje psiquiátrico es fundamental para el buen curso de cualquier deshabituación.
Desde la psicología se trabaja con los pacientes para ayudarles a modificar sus hábitos sustituyéndolos por otros más saludables, y, a su vez, comprender y superar el papel que las sustancias cobran en las vidas de los pacientes.
En función de cada caso,se puede incluir a los familiares en el tratamiento.