Si te gustas a ti mismo anticipas que van a sucederte cosas buenas. Gustarte no significa que eres perfecto o tampoco que te gustan tus defectos.
Puedes admitir tus defectos y sin embargo saber que puedes cambiar y mejorar si quieres. Pero para gustarte, empieza aceptándote como eres.
Entonces empecemos intentando convencerte que eres una gran persona y que mereces lo mejor. Aprende a pensar y a hablar sobre ti mismo de forma positiva. Cuando piensas en ti mismo como una persona especial con aptitudes y talentos, la gente te trata bien.
Tú tienes aptitudes y talentos especiales. Cada ser humano las tiene. Demasiada gente se concentra en lo que no tiene en lugar de concentrarse en lo que tienen de bueno.
Escúchate a ti mismo/a:
– ¿Te humillas a ti mismo más que a los demás?
– ¿Te llamas estúpido, gordo, torpe o feo?
Si es así, ahora es el momento de enfrentarse a esta conversación. Tus peores enemigos son tus propias humillaciones. Trátate con RESPETO. Créete una persona que vale la pena y defiéndete. Sé amable contigo y podrás ser tu mejor amigo.