¿Qué es?
El trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) es una enfermedad que afecta aproximadamente al 2 o 2,5% de la población a lo largo de su vida y que se caracteriza por:
– Ideas obsesivas o actos compulsivos o ambos.
– Las ideas obsesivas y las compulsiones
a) son reconocidos como propios por el individuo
b) son reiteradas, desagradables y a veces carentes de sentido
c) el individuo intenta resistirse a ellas
d) el llevar a cabo las obsesiones o compulsiones no es en si mismo placentero, pero producen alivio.
– Las obsesiones y compulsiones producen malestar e interfieren en la vida del sujeto.
Época de la vida
Por lo general el TOC emerge a finales de la adolescencia y en los primeros años de la década de los 20.
Síntomas
Hay siete tipos más comunes de TOC:
– Lavadores y limpiadores: se obsesionan con la contaminación y la compulsión, son actos de limpieza (lavado de manos…)
– Verificadores: inspeccionan de manera excesiva para evitar que ocurra una catástrofe.
– Repetidores: ante un pensamiento alarmante, repiten la acción para evitar que el pensamiento se convierta en realidad.
– Ordenadores: las cosas que les rodean están dispuestas de una manera rígida.
– Acumuladores: coleccionan objetos insignificantes de los cuales no pueden desprenderse.
– Ritualizadotes mentales: pensamientos o imágenes repetitivas que funcionan como compulsiones para aliviar obsesiones.
– Atormentados y obsesivos puros: experimentan pensamientos negativos reiterados, incontrolables y perturbadores, pero no ritualizan.
Cómo se diagnostica
Debe diferenciarse con otros trastornos de ansiedad, enfermedades médicas de causa orgánica ó con cuadros inducidos por sustancias.
El contenido de las obsesiones o compulsiones no debe relacionarse exclusivamente con otro trastorno mental. Este contenido, es reconocido por la persona como algo irracional, causando angustia y permaneciendo a pesar de los intentos fallidos por evitarlo. Provocan malestar significativo, pérdida de tiempo e interfieren en la vida diaria de la persona.
Pronóstico
Es variado dependiendo de la cronicidad, de lo invalidantes de los síntomas, y de la implicación en el tratamiento (tanto farmacológico como terapéutico).