• ¿En qué consiste este trastorno?
Es una enfermedad mental en la cual las personas que la sufren alternan entre periodos de un estado de ánimo muy bueno o irritable y depresión, dándose entre fases periodos de estabilidad.
• ¿Es muy habitual en nuestro entorno?
En España, según algunos estudios, afecta al 2-3% de la población, lo que se acerca a la media en los países occidentales.
• ¿Ha aumentado en los últimos años/décadas?
Lo que sí ha mejorado es la calidad de los diagnósticos, se ha avanzado mucho en la investigación de la patología y en la formación de los profesionales, así que se supone que se diagnostica más.
• ¿Hay algún perfil de persona proclive a sufrirlo?
No hay evidencias que nos indiquen un perfil. Cualquier persona puede desarrollar un trastorno bipolar.
• ¿Se da más en hombres que en mujeres o a la inversa?
Afecta por igual a hombres y mujeres y generalmente comienza entre las últimas etapas de la adolescencia o al principio de la adultez. Pero también los niños y los adultos pueden sufrir un trastorno bipolar.
• ¿Qué consecuencias tiene para quien lo sufre?
La vida de quien lo padece se ve limitada por lo incapacitante de su sintomatología. Y por la problemática que el trastorno genera en las relaciones con otros. Mantener una actividad constante es difícil y esto genera mucho estrés para el paciente y su entorno. Cuidar de alguien con un trastorno bipolar puede ser muy estresante. Ya que la sensación es que la enfermedad está presente incluso cuando la persona permanece estable.
• ¿Cuáles son sus síntomas?
Los síntomas de la fase depresiva además de la tristeza y el abatimiento consisten en una dificultad para obtener placer, falta de energía, disminución de la actividad, que muchas veces se acompaña de un aislamiento social así como alteraciones en la alimentación y en el sueño. En las fases maniacas o hipomaniacas la sintomatología es todo lo contrario, se tienen sensaciones de euforia, a veces de irritabilidad, con un pensamiento acelerado que provoca un habla rápida y descontrolada, con una actividad excesiva y una disminución de la necesidad de dormir sintiéndose con las mismas energías a pesar de no descansar.
• ¿Cuándo hay que acudir al especialista?
En cuanto se noten fluctuaciones en el estado de ánimo que sean algo significativas.
• ¿Cómo se diagnostica?
El diagnóstico es complicado, dentro del trastorno bipolar existen subtipos (I, II, ciclotimia, hipomanía…) que nos ayudan a diseñar un mejor tratamiento pero estas matizaciones dan una idea de lo complejo que es este cuadro diagnóstico en particular. Lo ideal sería que el paciente sea diagnosticado por un equipo multidisciplinar. Por supuesto, deberían concurrir en el diagnóstico las impresiones clínicas de un Psiquiatra y de un Psicólogo, a través de la entrevista clínica, los testimonios de la familia e incluso de amigos.
• Importancia de un diagnóstico precoz para poder tratarlo mejor
Evidentemente cuanto antes sea diagnosticado se ahorrara sufrimiento en el paciente. Ya que habitualmente para cuando se da el diagnostico la experiencia nos dice que el enfermo ha tenido un largo periplo entre profesionales, a veces contra tratamientos incorrectos. Con la indefensión que esto puede generar. Cuanto antes se diagnostica se ayuda a evitar problemas laborables, matrimoniales; evitar el suicidio.
• ¿Si el paciente es niño o joven es más fácil su tratamiento?
Como decíamos antes, el diagnóstico se suele producir al inicio de la vida adulta porque el debut de la enfermedad no se produce hasta los quince años en los casos más tempranos. De hecho, algunos estudios afirman que aunque la edad media de inicio de la enfermedad se sitúe en los 21 años, la franja de edad más proclive es la que va desde los 15 a los 21 años. En psicoterapia, la juventud del paciente suele jugar a favor para muchas cosas, la plasticidad neuropsíquica, la flexibilidad en los hábitos de vida, la red familiar y social en este caso. Por otro lado, la mayor vulnerabilidad a las drogas y el coste de un tratamiento psiquiátrico (estigma, efectos secundarios), no suelen ser bien tolerados por personas más jóvenes. Parte del problema está en que desde que la enfermedad debuta suelen pasar unos años hasta que se diagnostica apropiadamente y, por tanto, se trata correctamente.
• ¿En qué consiste el tratamiento?
El tratamiento del trastorno bipolar es necesariamente complejo porque el tipo de síntomas que aparecen en él son muy distintos, se esté en una fase de euforia, en una depresiva o en eutimia. Se ha demostrado por multitud de estudios el indudable beneficio que los pacientes con este problema obtienen del tratamiento psicofarmacológico, en las fases depresivas, en las de euforia y con fármacos que ayudan a disminuir el riesgo de padecerlas en los momentos de eutimia. Además de las medicaciones se ha visto que es de gran ayuda los programas psicoeducativos, que facilitan al paciente un buen conocimiento del trastorno y que sirve para poder reaccionar de una forma más rápida y eficaz ante una recaída. Así mismo los abordajes psicoterapéuticos que ofrecen el desarrollo de recursos para enfrentarse mejor a los factores de estrés son muy útiles ya que estas personas son muy vulnerables al mismo. La terapia ayuda a controlar los estados de ánimo y problemas de comportamiento. Se trata de hacer que los episodios sean menos frecuentes e intensos. Y que el paciente se desempeñe lo mejor posible entre episodios.
• ¿Existen riesgos de recaídas?
Una de las características de este trastorno es que, en caso de no estar adecuadamente tratado tanto psicofarmacológicamente como psicoterapéuticamente, se producen ciclos de recaídas, yendo de un “polo” de euforia a otro “depresivo”. Por tanto, las “recaídas” son frecuentes si no se vigila adecuadamente y el paciente no ha tomado conciencia de la enfermedad que, por otro lado, puede ser bien monitorizada por el propio paciente, su familia o su médico o psicólogo.
• ¿Se ha avanzado mucho en la investigación?
En España se está investigando mucho sobre este tema y existen unidades especializadas en algunos centros hospitalarios. Se hacen avances porque es evidente que aún queda mucho que descubrir (en todo el ámbito de la salud mental en general) y el tratamiento ha mejorado ostensiblemente en la última década gracias a las distintas investigaciones y estudios.
• ¿Puede estar relacionado con otras enfermedades?
Tres cuartas partes de quienes tienen trastorno bipolar también cumplen criterios de diagnóstico de al menos otra dolencia, siendo los problemas de ansiedad los más comunes.
• Famosos como Catherine Zeta Jones han confesado que tienen esta enfermedad, puede ayudar a pacientes ‘más anónimos’
El hecho de que personas famosas, personajes ilustres (desde Van Gogh o Goethe) hayan sido diagnosticados creo que puede ayudar a eliminar temores y prejuicios. Y esto siempre es bueno.
• ¿Qué retos se plantea la medicina respecto a esta enfermedad?
La comunidad científica se plantea avanzar en varios aspectos respecto a la enfermedad: el estudio de los condicionamientos genéticos que pueden estar implicados, la mejora de los tratamientos psicoeducativos (que son los que han demostrado una mayor eficacia psicoterapéutica) y la prevención de los episodios maníacos en estos pacientes.
Columna de textos breves
Falsas creencias acerca del trastorno bipolar (señalar las principales y explicarlas en cuatro líneas)
– Confundirlo con la doble personalidad.
– Creer que se debe a la falta de litio.
– Creer que es un tipo de personalidad.
– Creer que está influido por la alimentación.
– Creer que no tiene tratamiento.
Clases de trastorno bipolar (depresión, episodios hipocomaniados, ciclotimia… explicar brevemente)
Las 2 principales tipologías de Trastorno Bipolar son el Tipo I, en la que el sujeto alterna episodios de manía a depresión y el Tipo II que se caracteriza por la alternancia de depresión e hipomanía.
Se habla de un espectro bipolar que abarcaría un continuo más amplio de síntomas y que parece más útil a la hora de plantear el tratamiento de este desorden. En cualquier caso se trata de un cuadro psicopatológico que abre muchos interrogantes. Factores de riesgo para padecer este trastorno (factores hereditarios, gemelos y probabilidades, etc.)
La causa exacta se desconoce pero se presenta con mayor frecuencia en parientes de personas que padecen dicho trastorno.