La salud mental incluye nuestro bienestar emocional, psíquico y social. Afecta la forma en cómo pensamos, sentimos y actuamos  en el día a día. También ayuda a determinar cómo manejamos el estrés, nos relacionamos con otras personas y tomamos decisiones. La salud mental es importante en todas las etapas de la vida, desde la niñez y la adolescencia hasta la edad adulta.

El bienestar llega con la conquista de las metas que nos hemos propuesto. Aprender a aceptar que podemos cometer errores, sin que ello signifique que somos inútiles es fundamental para aprender a querernos. Alcanzar el equilibrio en nuestra vida y nuestra mente puede ser complicado, pero resulta imprescindible para tener salud. Para conseguir sentirnos bien debemos atrevernos a vivir según lo que deseamos y no cumplir las expectativas que los demás ponen en nosotros. Quererse pasa por aceptarse a uno mismo y sus propias limitaciones. Negar los problemas personales  que nos hacen sentir mal solo los aumenta. Cuando nuestro mundo interno está bien amueblado, la relación con el exterior es más gratificante.  Nuestra responsabilidad se resume en las siguientes pautas de actuación:

Me quiero

1.    Regalarnos todos los días un tiempo para pensar sobre lo que nos sucede y poner palabras a lo que sentimos.

2.    Mantener y ampliar nuestras amistades.

3.    Llevar a cabo actividades que nos gusten. Algo de lo que realizamos tiene que ser placentero: lectura, música, cualquier cosa, que nos produzca placer o que nos relaje.

4.    No engañarnos negando lo que nos hace sentir mal. Es neceario abrir los ojos a los problemas personales para buscar soluciones y enfrentarnos al día a día con una actitud de logro.

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