Hablábamos en la anterior entrada del blog sobre la importancia de las rutinas que uno puede adquirir para empezar el día de una manera diferente. Centrándose en uno mismo y dedicándose algo de tiempo.
Os queremos ofrecer algunas ideas de rutinas que pueden favorecer tu funcionamiento el resto del día y que, desde luego te harán sentir que eres tan importante, o más, que las tareas que tienes que llevar a cabo durante el día.
– Beber un vaso de agua según te levantas: llevas 8 horas sin haber bebido nada y el cuerpo comienza a deshidratarse, lo que genera una sensación de cansancio.
– Realiza algún tipo de actividad física de baja intensidad. Es importante comenzar al día oxigenando el cuerpo (estiramientos, dar un paseo, Yoga, Pilates…). Hay muchos vídeos en internet que te pueden ayudar y acompañarte en esta pequeña rutina para comenzar el día. No hace falta que se trate de algo complicado o largo, simplemente algo que despierte al cuerpo.
– Prepara un desayuno en el que se incluyan los principales grupos de alimentos (hidratos de carbono, fruta y lácteo). Comenzar el día con una buena alimentación hará que nuestra sensación de cansancio sea menor y que a lo largo del día nuestras decisiones nutricionales estén más compensadas. Todas las comidas son importantes, incluyendo obviamente el desayuno, de hecho, es comúnmente conocido que para algunos es la comida más importante del día. A veces uno se refugia en la excusa de que no tiene apetito a primera hora de la mañana, pero cuando va a un hotel con buffet libre desayuna como el que más. Normalmente las personas que no desayunan por las mañanas es porque no quieren esforzarse en preparar un desayuno apetecible. Plantéate que te apetece desayunar y prepáratelo.
– Dedícate tiempo a prepararte y a cuidarte antes de salir de casa o antes de ponerte a trabajar, si trabajas desde casa o estudias. Como hemos dicho antes dedicarte un tiempo a ti mismo y a tu cuidado personal es muy importante. Realiza alguna actividad que te guste y con la que disfrutes (leer, escribir, pintar, escuchar música…).
Si no realizas ninguna de estas recomendaciones es importante que no trates de ponerlas todas en marcha de golpe, recuerda que para ir introduciéndolas tendrás que poner el despertador un poco antes. Elige la que menos esfuerzo te suponga y trata de coger el hábito con ella. Poco a poco podrás ir incluyendo nuevas ideas.
Seguramente, cuando empieces a cuidar más de tus rutinas, tomes conciencia del tiempo que le dedicas a cosas que realmente no te aportan ningún beneficio en tu vida. ¿Hace cuánto que no lees ese libro que tanto te gusta? ¿Qué no pintas? ¿Qué no llamas a tus amigos para hablar por teléfono? Párate a pensar en qué estás ocupando tu tiempo y si no podrías restar algunas cosas para incluir en tu rutina aquellos pequeños detalles que te hacen disfrutar cada día más de tu vida.