Decir «no» a la familia: ¿imposible o complicado?

Las navidades es la época del año en la que tradicionalmente las personas se reúnen con sus familiares y amigos. El año pasado fue un punto de inflexión, unas navidades distintas para todos. Para muchos supuso un drama no poder reunirse y estar lejos de sus seres queridos, sin embargo, para otros fue la gran oportunidad para no asistir a celebraciones a las que no querían ir. De este segundo grupo hablaremos hoy. ¿Qué va a pasar esta navidad? ¿Fue el año pasado el pistoletazo de salida para ser asertivos y decir que no queremos ir?,¿Somos capaces de decir que estamos preocupados por la situación actual y no nos sentimos seguros con ir a la cena?

La respuesta a esa pregunta en realidad depende de uno mismo. Si estás dispuesto a seguir aguantando, a pesar del malestar que te genera por algún motivo concreto, probablemente acabes asistiendo. Pero si realmente no estás dispuesto, aquí te dejamos una pequeña guía sobre cómo comunicarse de manera asertiva. 

La primera idea para ser asertivo es muy básica, pero muy importante. Tienes que escucharte, saber qué es lo que quieres, hasta dónde estás dispuesto a ceder y por donde no estás dispuesto a pasar.

En esta época, no querer asistir a estas reuniones puede llegar a ser entendido, por uno mismo y por los demás, como un acto de egoísmo o de no querer relacionarse. Por tanto, a la hora de tomar decisiones de este tipo, podemos caer en el error de intentar agradar al otro y olvidarnos realmente de lo que queremos y necesitamos. En este aspecto es importante que no te juzgues por querer hacer cosas diferentes a lo que manda la tradición.  Una vez que sepas qué es lo que necesitas, es importante que alejes pensamientos y sentimientos de culpabilidad o remordimiento, no te van a ayudar a poder expresarle a los demás lo que quieres.

En segundo lugar, una vez tengas claro qué necesitas y no te juzgues por quererlo, es importante expresárselo al resto. Partimos de la base de que nadie es adivino: en muchas ocasiones damos por hecho de que los demás saben qué estamos pensando y nos llevamos decepciones cuando vemos que no se cumplen nuestras expectativas.

Por tanto, nuestro mensaje ha de ser muy claro, sencillo y sin justificar demasiado la respuesta o dar vueltas innecesarias. Esto te va a ayudar en tu argumentación y a no dar pie a malentendidos.

A la hora de comunicarte, es muy importante que trates de mantener la calma y utilizar un tono de voz adecuado. A veces cuando algo nos remueve mucho emocionalmente es muy fácil perder las formas y acabar diciendo cosas que uno no quiere decir, lo cual puede derivar en un conflicto grande.

Para poder conseguir no tener una discusión utiliza frases que sean en primera persona, habla sobre tus sentimientos y tus pensamientos. Trata de hablar sin juicios sobre los demás, expón los hechos, pero no tus juicios de los mismos. En resumen, habla desde ti y sobre ti

En tercer lugar, al no querer asistir a estas reuniones, lo que estableces es un límite y lo que no quieres es generar una discusión. Saber establecer límites con los demás y con uno mismo es una de las “leyes básicas” de la asertividad, aceptando lo que uno siente y lo que espera de los demás. Sin embargo, ser asertivo no es garantía de que los demás puedan entendernos, comprender nuestro punto de vista y/o ceder a nuestras necesidades. Trata de negociar y buscar puntos comunes con tu interlocutor, a lo mejor si estás dispuesto a ceder en alguna cosa, o no es tan importante para ti decir que no a algo. Como decíamos al principio, ten claros tus límites, respétalos, pero a su vez, trata de encontrar un punto común que te deje satisfecho.

Por último y no menos importante, comprende que la asertividad es una habilidad que se entrena, con lo que no te desanimes si en un principio no consigues ser asertivo. No te rindas, siempre hay más momentos en los que puedes serlo. Trata de darte cuenta de que no hay una única oportunidad y no pongas demasiada presión en ti. No obstante, si una vez que has comunicado lo que querías, ya sea de manera reiterada, porque no se llega a un acuerdo o porque sientes que no se te entiende, en ocasiones es mejor retirarse. No te empeñes en que las otras personas entiendan cómo te sientes. A veces hay que aceptar que por mucho empeño y cuidado que pongamos, las personas no somos capaces de entendernos.

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