8 mitos de la psicología clínica

1.“Yo no creo en eso, no es una ciencia”.

Según la RAE la psicología es la Ciencia o estudio de la mente y de la conducta en personas o animales. De hecho, el método empleado en los estudios e investigaciones que se realizan es el método científico, en el que se emplean datos tanto cualitativos como cuantitativos, que validan a la psicología como ciencia. Estos estudios tienen como objetivo no solo comprender y estudiar la naturaleza y conducta humana, sino también la validez y fiabilidad de los tratamientos psicológicos.

 

2. A la consulta de psicología solo van los “locos”.

Los motivos de consulta son tan amplios y diversos como personas pueden acudir a terapia, lo cual no implica que todas ellas padezcan una enfermedad mental. En muchas ocasiones acuden al psicólogo familias con problemas relacionales, parejas en crisis, individuos con dificultades para tomar decisiones, para relacionarse, con estrés, ansiedad, para el crecimiento personal, el desarrollo de habilidades, duelos y un largo etcétera. Por lo que se podría decir que cualquiera puede necesitar de los servicios de un psicólogo, en algún momento de la vida. Asimismo, al igual que no se acude al médico, únicamente por una enfermedad terminal, sino por un catarro o una gripe, también se puede acudir al psicólogo, por un duelo, problemas de ansiedad o dificultades a la hora de tomar una decisión.

 

3. Yo puedo solo, con mis propios conflictos.

Ir al psicólogo de ningún modo significa que solo el profesional vaya a solucionar los problemas que el paciente tiene, el trabajo que el usuario realiza es vital para el buen transcurso de la terapia. Aún así, el psicólogo guía en el proceso y te proporciona un apoyo constante y una perspectiva distinta a través del cual se produce el cambio deseado. Se podría decir que cuando uno acude a terapia el cambio es más sólido, ya que el profesional te proporciona una serie de herramientas que servirán para el futuro.

 

4. El psicólogo es caro

¿Realmente la inversión en salud y bienestar mental es cara? Ciertamente no debería medirse con criterios económicos, pero de hacerlo así es una inversión a largo plazo. La salud mental es una parte fundamental del bienestar de una persona, de hecho ayuda a que el funcionamiento físico y orgánico sea mucho más adecuado y efectivo, no teniendo tantos problemas secundarios derivados de la mala gestión emocional.

 

5.  No tengo tiempo

Probablemente esta es una de las excusas más comunes para posponer todo aquello que a pesar de saber que nos hace bien, nos requiere un esfuerzo. Es cierto que la psicoterapia lleva tiempo y esfuerzo, pero desde luego es una inversión a futuro en salud y bienestar. Buscar el tiempo para poder dar atención a todo aquello que nos hace sentir mal, es sin duda el primer paso para comenzar a cuidarse. Ya que el tiempo siempre está, todo es una cuestión de prioridades.

 

6. “No tengo problemas”

¿Realmente no tengo problemas? En muchas ocasiones, únicamente se acude al profesional cuando el problema sobrepasa ya determinados límites y por lo tanto, se considera grave.  Esto es debido, a la errónea percepción que tenemos de considerar que “estamos bien” hasta que el problema nos sobrepasa. Detectar y poder trabajar el problema o situación lo más pronto posible, con un profesional, puede ayudar a la persona a hacerle frente eficazmente, además de poder evitar que la situación empeore.

Por otro lado, muchas veces no somos conscientes de las dificultades diarias a las que hacemos frente y pueden estar siendo mal gestionadas, por lo que es muy importante sincerarse con uno mismo. Lo cual, nos puede afectar tanto a nivel mental como físico (dolores de cabeza, contracturas…). Aun así el psicólogo es una buena opción, aunque sea únicamente para el crecimiento personal.

 

7. “Ir al psicólogo significaría que no puedo con las cosas, sería un fracaso para mi”

La idea errónea de que todo lo que está relacionado con la emoción y la salud mental es algo que uno mismo debe gestionar sin que nadie lo sepa, sin pedir ayuda y sin que nadie antes se lo haya enseñado, es una idea ampliamente extendida. El estigma de trastorno mental se cierne sobre la sociedad, dificultando la normalización del dolor emocional y su cuidado. Al igual que no se le exige a nadie tener que soportar el dolor de muelas sin ir al dentista, ¿qué sentido tiene que se le exija a alguien tener que soportar el dolor emocional sin pedir ayuda?

 

8. “¿Para qué voy a ir al psicólogo si tengo amigos?”

Es cierto que ante un problema o dificultad, las amistades son un gran apoyo y además, generan un espacio que nos produce sensaciones placenteras y puede ser una buena vía de distracción y de apoyo emocional. Sin embargo, pese a que las amistades puedan proporcionar un espacio de escucha y dar buenos consejos, eso se aleja de lo que implica un proceso terapéutico. En el proceso terapéutico, se genera un espacio en el que se es escuchado activamente, sin ser juzgado y aceptado incondicionalmente, donde la persona llega a alcanzar una capacidad de introspección, así como los cambios perseguidos y unas habilidades y herramientas que le  ayudarán en las diferentes etapas de su vida.

El profesional de la psicología está preparado y posee conocimientos tanto de la mente humana como de las técnicas probadas científicamente, para ayudar al bienestar emocional. Apoyarse en un psicólogo implica no hacer sufrir a alguien con un vínculo afectivo ni temer por ello.

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